10/27/2009

De mal en peor

Parece ser que el anuncio de hace un año de una recesión mundial es cosa del pasado. A un año del inicio de la crisis nuestros legisladores y gobernantes cambian de posturas como de calzones. En un momento dicen que buscan apoyar a las clases mas vulnerables, el sentido común nos indica que son los pobres aunque su razonamiento parece tener otro concepto, creando leyes que supuestamente mejoren dicho fin sin embargo solo tejen políticas que poco o nada favorecen a la clase trabajadora. A un año es posible ver a todos esos señores regordetes y grotescos regodearse de la solución mágica y aritmética a su falta de capacidad política: los impuestos. Gracias a esta bendita herramienta matemática pueden, dicen estos próceres de la sociedad mexicana, resolver la situación económica de la nación o por lo menos mitigar los efectos de la crisis económica. Y considerando que nuestra situación es que los pobres son mas pobres entonces la solución de crear mas impuestos para aumentar la recaudación parece ser la charada del siglo. Pues no hay inversión, no hay desarrollo, no hay producción y de lo poco que se genera se pretende aun obtener mas para... la verdad no se; posiblemente mas calles y edificaciones (que recibirán un mantenimiento correctivo al menos 5 años después), programas sociales que solo le tapan el ojo al macho pues no resuelve el problema subyacente y sin fin de tonterías con las cuales al termino de su periodo emplean como pretexto y escusa para llenarse la boca diciendo que lucharon por el bienestar de la nación. Total, el pueblo aguanta. Lamentablemente parece que al pueblo le gusta seguir esa misma ruta y comulga con la doctrina de entre mas crudo se vea el panorama hay que trabajar mas, sino por lo menos apretarse el cinturón.
Triste en verdad. Veremos que nos prometen mañana nuestro noble cacicazgo mexicano. Por lo mientras hay que pensar en cosas mas importantes como lo es la victoria de la selección mexicana sub 17, la liga de fútbol y las telenovelas. Al fin y al cabo que Felipillo y sus hordas dice y hacen lo que se les da la gana. ¿Que no?

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